martes, 23 de abril de 2013

Un homenaje para el estómago y para un gran artista, Juanjo Cuerda…mi hermano: Pastelitos de chocolate y galleta

Este fin de semana ha tenido lugar un gran acontecimiento en Valencia: la inauguración de la exposición “Juanjo Cuerda, un año de humor en El Jueves”.

No sé si os he comentado alguna vez que mi hermano es ilustrador. De hecho, el diseño de este blog se lo debo a él. Creo que puedo decir de forma totalmente objetiva que es muy bueno en lo suyo, como abala la confianza que ha depositado en él una de las mejores revistas de humor gráfico que existen a nivel nacional, El Jueves. Pero además, como hermana, le quiero muchísimo y siempre me parece poco el reconocimiento que recibe. Así que aproveché que estaría en Valencia con motivo de la expo para darle varias sorpresas. Os cuento la relacionada con el evento y me reservo el resto para más adelante.

No debe haber inauguración sin picoteo. Tenía plena confianza en que Elisa M. Matallín e Isabel Guijarro, las dueñas de la sala (www.contarte-arte.es) pensarían igual que yo, porque llevar un local como el suyo, con exposiciones, conciertos, talleres, cuentacuentos y demás, requiere ese tipo de mimo. Pero me hacía mucha ilusión que la parte dulce me perteneciera a mí.

Estuve días dándole vueltas al dulce ideal, teniendo en cuenta ciertos requisitos. Debía ser de una consistencia cómoda y limpia para repartirlo, poco perecedero, diferente y llamativo. Por supuesto, rico y natural como es marca de la casa, pero, sobre todo, que no restase protagonismo a lo realmente importante: las ilustraciones. ¿Que cómo se consigue eso? Con publicidad comestible.

Recopilé algunas de las imágenes que iban a exponerse, más una representativa de cada uno de los blogs en los que mi hermano tiene distribuidas sus ilustraciones según estilos y recurrí a una de mis distribuidoras de productos de repostería favoritas para encargarles una impresión comestible.

Hago un alto para explicar esto. Las impresiones comestibles están últimamente muy de moda en tartas infantiles, en las que aparecen dibujos de pelis o incluso la foto del agasajado. El proceso de elaboración es más o menos sencillo y se puede realizar incluso en casa, si no fuera porque el precio del material no es rentable para pocos usos. Se hace con unas láminas de “papel”, que son en realidad glaseado blanco impregnado sobre un acetato y que una vez seco, se puede utilizar en impresoras con cartuchos de tintas comestibles. Pero las aplicaciones que podemos darles están por explotar. De hecho, me parece una forma estupenda de publicidad para las empresas. En este caso, decidí añadir a las ilustraciones el código QR de cada blog, de modo que fusionaba mis dulces con las últimas tecnologías y los ponía al servicio de la propia exposición.

Estás laminas son un poco dulzonas, así que lo tuve en cuenta en la elaboración de los pasteles para que la combinación no resultara excesivamente azucarada.

Finalmente me decidí por un dulce que suelo preparar en navidad, que en casa llamo “falso turrón de chocolate”. Falso porque no tiene almendra, en su lugar lleva galletas María trituradas. En casa nos gusta mucho más que el verdadero turrón. Cumplía con todos los requisitos que necesitaba y añadía dos más: Podía preparar grandes cantidades en poco tiempo (luego el montaje no fue tan rápido...) y resultaba un marco negro perfecto para las imágenes.

En las fotos podéis ver el resultado. Lo que no se ve es cómo hubo que custodiarlos para que todos los probaran sin desaparecer al primer minuto. Espero que os parezca a todos tan buena idea como les pareció a los asistentes y a mi hermano, que cuando los vio se quedó con la boca abierta un buen rato.





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